Tras varios rumores que muchos medios seguían novelesca e insistentemente, finalmente General Motors y Spyker anunciaron de manera oficial y tras varias semanas de diversas suposiciones su acuerdo para que el fabricante holandés de automóviles deportivos adquiera una de las firmas que hasta ahora iba a seguir el mismo destino junto a Pontiac y Saturn para aliviar el extenso e innecesario portafolio de emblemas del grupo automotriz estadounidense.
Spyker pagará 50 millones de dólares a General Motors el próximo 15 de febrero, completando con otros 14 la operación cinco meses después. En total, serán 74 millones de dólares que se sumarán a los 326 ya existentes en la nueva compañía en forma de acciones. Por si fuera poco, un préstamo de 565 millones de dólares está ya garantizado por el Gobierno Sueco a través del Banco de Inversiones Europeo.
Los planes para eliminar gradualmente a Saab han sido detenidos y se espera que en este proceso de transición Spyker vaya asumiendo los servicios post-venta de la marca sueca además de aprovechar la red de concesionarios que tiene disponibles en mercados tan importantes para la nueva compañía como el de Estados Unidos.
Los costos de operación y aquellos necesarios para la fabricación de cada unidad también serán más favorables según declara Victor Muller, presidente de Spyker. Estos exclusivos y artesanales deportivos holandeses evidentemente serán hechos en mayores volúmenes.
Dos productos serán los representantes de la nueva Saab Spyker Automobiles NV: el rediseñado 9-5 y la crossover 9-4x. El primero empezará a ser producido en la tradicional fábrica sueca de Trollhattan, mientras que el crossover, que parte del Cadillac SRX, será hecho en México.
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